La detección temprana de amenazas es fundamental para prevenir daños graves y minimizar el impacto de situaciones de riesgo. Por el contrario, el impacto de una amenaza no detectada puede suponer elevados perjuicios para los recursos y seguridad de una organización.
La monitorización en línea de eventos; el análisis de comportamiento en redes sociales y fuentes abiertas de información; la confección de alertas y notificaciones automáticas; y el uso de machine learning e inteligencia artificial son procesos clave para la detección temprana de amenazas.
Prevenir daños significativos en la organización únicamente es posible mediante un proceso de detección eficaz que permita identificar la presencia de peligros o riesgos potenciales en múltiples contextos.
Beneficios clave para la organización:
Detección de comportamientos sospechosos o de riesgo.
Incorporación de inteligencia en la respuesta de amenazas.
Identificación de patrones de comportamiento.
Detección temprana y reducción de las pérdidas económicas.
Recopilación de datos que aporten inteligencia para amenazas presentes y futuras.
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